Te presento la siguiente información donde se redacta el significado y la importancia de un director espiritual. Espero te sirva de mucho y que éstas notas se puedan compartir con tus amigos y familiares, con el objetivo de reflexionar y poder ayudar a quien lo necesite.
La dirección o acompañamiento espiritual es la ayuda que un cristiano presta a otro a través de sus consejos, de cara a mejorar la vivencia de su Fe, aumentando sus virtudes así como su disponibilidad para cumplir la voluntad de Dios.
Es bien grato decir que en la sociedad en que actualmente vivimos, nos acompaña el estrés, la presión, la ansiedad, ya sea por parte del trabajo, de la casa, la familia, los hijos, etc. Entonces el recurrir con este tipo de ayuda nos sirve para acercarnos más a nuestra Fe y aprender a conocernos así mismos.
Acercarse a la religión es preguntarnos ¿Quién es Dios para mi? Las respuestas de Dios para estas preguntas pueden darse por distintos caminos. También podremos profundizar en nuestra relación con Dios, en la cual crecemos gracias al contacto con la Sagrada Escritura, los sacramentos y los consejos de la iglesia. Luego podemos ver el estado actual de nuestra vida y las experiencias de nuestro pasado para conocer lo que Dios quiere de nosotros en el momento presente. Sin embargo para encontrar las respuestas a todo esto es bueno tener a un Director Espiritual.
Esto no difiere del tipo de religión que tengamos, lo importante es acercarse a Dios, no tener vergüenza o pena de pedir ayuda, consejos, guías, al contrario hay que considerar que es un beneficio para nuestra mente y alma, para sentirnos tranquilos, en paz con nosotros mismos y el obtener todo esto, hará que las personas a nuestro alrededor también se contagien de esa energía positiva que almacenamos.
Como José María Estriba decía: “No se te ocurriría construir una buena casa para vivir en la tierra, sin consultarle a un arquitecto”.
Siempre necesitamos con quién compartir acerca de nuestra vida, ya que a nuestro al rededor pocas personas te comprenden, lo que experimentamos interiormente.
Debemos tener a alguien dispuesto a escuchar y que sepa un poquito más que nosotros para poder levantar cuando creamos caer. Para compartir la alegría y para ayudarnos a conducir la vida espiritual. Ese es el deber de un guía o asesor espiritual.
El director espiritual se preocupa de cosas que otros no se preocupan, es una persona con mucha formación espiritual, nos abre las puertas de su corazón y nos regala parte de su tiempo para hablar de nuestra relación con Dios.
En las etapas de crisis el director estará ahí para aconsejarnos, formarnos y alimentar nuestros conocimientos espirituales de forma que sea más fácil enfrentar momentos difíciles. Estará ahí cuando empecemos a sentirnos solos o dejemos de encontrarle sentido a las cosas cotidianas o nos cuestionemos o nos persigan las tentaciones.
Reflexiona y déjate ayudar, en ocaciones sentimos la necesidad acéptalo, como dice en un apartado de la Biblia (fábula): ayúdate que yo te ayudaré.
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